Porsche lanza la Guía para no perderse en el metaverso “más allá del universo”, que está en boca de todos
La palabra metaverso, que quiere decir “más allá del universo”, está en boca de todos últimamente. Pero, ¿en qué consiste exactamente este mundo virtual que tanto interesa a Mark Zuckerberg y a otros líderes tecnológicos?
En un primer momento, todo son interrogantes acerca del metaverso. ¿Se trata de un videojuego? ¿Es el futuro de internet? ¿Una mezcla de ambas cosas?
La primera vez que apareció este término fue en la novela Snow Crash, de Neal Stephenson, publicada a principios de la década de 1990; sin embargo, no todos se ponen de acuerdo a la hora de establecer sus límites. Matthew Ball, un inversor de riesgo y experto en la materia, considera al metaverso como la cuarta ola de la computación. "Va en la dirección de lo que la gente llama computación ambiental. Se trata de estar dentro del ordenador en vez de acceder a él. Es estar siempre en línea en lugar de tener acceso a un mundo en línea".
El metaverso se refiere a un mundo virtual que se encuentra más allá o es una extensión del mundo físico y se caracteriza por ser persistente en el tiempo, existiendo incluso cuando no estás "jugando". Si bien el metaverso se apoya en tecnologías inmersivas como la realidad aumentada o la realidad virtual, estas no son imprescindibles. Bastan los servidores a los que se puede acceder a través de ordenadores, consolas de videojuegos e incluso teléfonos móviles para entrar en este espacio hasta hace poco inexistente.
Este quizá sea uno de los apartados más complejos. En el metaverso se pueden crear, comprar y vender bienes virtuales, es decir, existe una economía funcional dentro de este nuevo universo digital. Y en un futuro habrá una versión del metaverso donde esta economía será interoperable, ya que permitirá llevar elementos como ropa o automóviles de lo virtual a lo real y viceversa. Pronto será posible, además, crear una "persona" que nos identifique y que llevaremos a todas partes. Las criptomonedas y los NFTs (activos con certificado de autenticidad digital) no se quedan fuera de este mundo paralelo.
De alguna manera, parece que volvemos a la década de 1990, a los inicios del internet comercial, donde se vislumbraba a lo lejos la idea de una red que nos permitiría comprar productos que iban a llegar a nuestra casa en menos de una hora, ver televisión en dispositivos móviles, escuchar música bajo demanda, hacer videollamadas, transferir dinero y tantas otras cosas que realmente no eran fáciles de imaginar. Hoy, parece que volvemos a ser testigos de otro gran momento de cambio como aquel.
La palabra metaverso, que quiere decir “más allá del universo”, está en boca de todos últimamente. Pero, ¿en qué consiste exactamente este mundo virtual que tanto interesa a Mark Zuckerberg y a otros líderes tecnológicos?
En un primer momento, todo son interrogantes acerca del metaverso. ¿Se trata de un videojuego? ¿Es el futuro de internet? ¿Una mezcla de ambas cosas?
La primera vez que apareció este término fue en la novela Snow Crash, de Neal Stephenson, publicada a principios de la década de 1990; sin embargo, no todos se ponen de acuerdo a la hora de establecer sus límites. Matthew Ball, un inversor de riesgo y experto en la materia, considera al metaverso como la cuarta ola de la computación. "Va en la dirección de lo que la gente llama computación ambiental. Se trata de estar dentro del ordenador en vez de acceder a él. Es estar siempre en línea en lugar de tener acceso a un mundo en línea".
El metaverso se refiere a un mundo virtual que se encuentra más allá o es una extensión del mundo físico y se caracteriza por ser persistente en el tiempo, existiendo incluso cuando no estás "jugando". Si bien el metaverso se apoya en tecnologías inmersivas como la realidad aumentada o la realidad virtual, estas no son imprescindibles. Bastan los servidores a los que se puede acceder a través de ordenadores, consolas de videojuegos e incluso teléfonos móviles para entrar en este espacio hasta hace poco inexistente.
Porsche lanza la Guía para no perderse en el metaverso |
Economía digital
Este quizá sea uno de los apartados más complejos. En el metaverso se pueden crear, comprar y vender bienes virtuales, es decir, existe una economía funcional dentro de este nuevo universo digital. Y en un futuro habrá una versión del metaverso donde esta economía será interoperable, ya que permitirá llevar elementos como ropa o automóviles de lo virtual a lo real y viceversa. Pronto será posible, además, crear una "persona" que nos identifique y que llevaremos a todas partes. Las criptomonedas y los NFTs (activos con certificado de autenticidad digital) no se quedan fuera de este mundo paralelo.
De alguna manera, parece que volvemos a la década de 1990, a los inicios del internet comercial, donde se vislumbraba a lo lejos la idea de una red que nos permitiría comprar productos que iban a llegar a nuestra casa en menos de una hora, ver televisión en dispositivos móviles, escuchar música bajo demanda, hacer videollamadas, transferir dinero y tantas otras cosas que realmente no eran fáciles de imaginar. Hoy, parece que volvemos a ser testigos de otro gran momento de cambio como aquel.
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