DEKRA ha presentado un informe sobre la Seguridad Vial en los niños menores de 15 años ya que la seguridad en la carretera es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta por parte de los conductores y más cuando en el interior del vehículo se encuentran menores
Los accidentes de tráfico mortales o graves en los que hay niños implicados son siempre estremecedores. Tanto las familias
como los responsables se enfrentan a un gran sufrimiento. En el caso de niños menores de 15 años, la mayoría de los causantes del accidente conducía un turismo. Aunque en los últimos años se ha producido una evolución positiva en muchos
aspectos, en lo que respecta al factor humano, la tecnología automotriz y la infraestructura aún queda mucho por hacer
para mejorar de forma sostenible la seguridad vial de este grupo de edad.
La multinacional alemana señaló que este intervalo de edad, por sus características, es uno de los colectivos más vulnerables dentro del tráfico vial. Es por ello por lo que DEKRA ha analizado las principales tendencias de los accidentes con menores y ha obtenido datos de gran interés de los últimos años.
La información recopilada ha sido presentada en Madrid el Auditorio del Edificio Castellana 81 en el marco de Road Safety Report 2019 en la que abordó los tres principales ejes sobre el informe: el factor humano, la tecnología y las infraestructuras.
El estudio fue presentado en un coloquio de formato debate donde han acudido representantes de la Dirección General de Tráfico, de la Asociación Española de la Carretera, de RACE o de la Escuela IDEO. Todos ellos, entre otros asuntos, han hablado sobre la importancia de la formación, los sistemas de retención del vehículo o de fomentar la autonomía de los niños.
El informe completo señala que en Europa existe una tendencia positiva en cuanto al número de accidentes con menores. Cada vez fallecen menos niños menores de 15 años en las carreteras europeas. A pesar de los buenos resultados, DEKRA advierte de que no hay que bajar la guardia.
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DEKRA presenta un informe sobre la Seguridad Vial en los niños menores de 15 años |
Conclusiones del informe
También afirma que aún queda mucho por hacer, por ejemplo en cuanto a tecnología o a infraestructura, para mejorar de forma sostenible la seguridad vial de este grupo de edad. Por otro lado, se señala a Educación Vial como una de las tareas más importantes a trabajar de cara a los próximos años.
Debemos explicar a los niños los riesgos del tráfico rodado para crear en ellos tan pronto como sea posible
una conciencia de la seguridad. Aunque también es
necesario sensibilizar aún más al resto de los usuarios de la vía pública sobre el comportamiento especial de los niños en el tráfico rodado. Ante todo,
los usuarios adultos de la vía pública (y, en particular, los padres) deben ser siempre un buen ejemplo
a seguir y ser conscientes de su papel modélico; por
ejemplo, en lo relativo al uso del casco al montar en
bicicleta o al comportamiento al cruzar una calle.
No cabe duda: los niños suelen imitar los comportamientos que observan en los «mayores». Y, en casos
críticos, las consecuencias pueden ser fatales.
Además de la educación vial, también es importante garantizar una infraestructura segura para el
tráfico rodado en las cercanías de guarderías y colegios. Por ejemplo, se deben tomar medidas para
reducir la velocidad, entre otras razones, porque la
velocidad de colisión tiene un efecto crucial en la
gravedad de las lesiones. En lo que respecta a los alrededores de las escuelas, no debemos olvidar a los «padres taxi». No cabe duda de que quienes llevan
en coche a sus hijos hasta dejarlos prácticamente en
la puerta del colegio lo hacen con buena intención.
Sin embargo, los «padres taxi» no contribuyen a fomentar un comportamiento independiente y seguro
de los niños en el tráfico rodado. Al mismo tiempo,
el caos del tráfico matutino en los alrededores de las
escuelas y guarderías conduce a menudo a situaciones de riesgo.
Partiendo de unas infraestructuras de la mayor
calidad posible con calles bien cuidadas y suficientemente iluminadas, controles de velocidad en puntos
de peligro, una señalización apropiada en el entorno
de guarderías y escuelas, y muchas otras medidas,
los niños también pueden contribuir a su propia seguridad en el tráfico rodado: por ejemplo, vistiendo
ropa de colores llamativos con elementos retrorreflectantes y equipando la bicicleta con dispositivos
de iluminación operativos. Así, será más fácil para
los conductores reconocer a los niños, especialmente, durante el crepúsculo, en la oscuridad o con la luz
tenue del otoño
Tal y como DEKRA ha señalado en numerosas
ocasiones en sus anteriores informes de seguridad
vial, los errores que comenten las personas en el tráfico rodado —entre ellos, por ejemplo, las distracciones— son una causa habitual de accidentes. No
importa si la intención es usar un momento el equipo de navegación, modificar el volumen de la radio o
ajustar la temperatura del aire acondicionado: unos
pocos segundos ya son suficientes para recorrer varios metros sin prestar atención, incluso a baja velocidad. En este tipo de situaciones, algunos dispositivos como los sistemas automáticos de frenado de
emergencia con función de detección de peatones o
ciclistas tienen un gran beneficio potencial. Lo mismo ocurre en los casos en los que los niños participan de forma imprudente en el tráfico rodado y, por
ejemplo, corren repentinamente hacia la calzada o
se ponen en peligro debido a otros comportamientos incorrectos
Las exigencias de DEKRA
En todos los vehículos (turismos,
bicicletas, motocicletas...), los niños deben viajar solo en las plazas previstas para ello.
En todos los trayectos, los niños
deben estar asegurados con sistemas de retención apropiados
para su edad y altura (asientos
infantiles, sillas para bebés...).
Esto se aplica también a trayectos
cortos y, naturalmente, al primer
viaje en coche de sus vidas, por
ejemplo, desde el hospital donde
han nacido hasta su hogar.
Cuando circulan en bicicleta, los
niños deben llevar siempre el
casco, algo obligatorio en algunos países. A este respecto, los
padres siempre deben dar ejemplo.
Las bicicletas, también las de
los niños, deben estar equipadas con dispositivos funcionales
de iluminación activos y pasivos
—por ejemplo, en Alemania es
obligatorio— para que los jóvenes ciclistas sean visibles en cualquier momento del día.
Se debe fomentar la aceptación
de las normas mediante una intensa labor educativa, especialmente en cuanto a la velocidad,
los semáforos y el comportamiento respecto a peatones y ciclistas.
Los padres deben permitir que sus
hijos, en función de su edad y estado de desarrollo, adquieran sus
propias experiencias en el tráfico
rodado y desarrollen las competencias correspondiente
Los «padres taxi», si no tienen otra
alternativa, deben al menos organizarse para no poner en peligro a
ninguna persona en los alrededores de la escuela.
Las zonas de incorporación y cruce, así como los pasos de peatones, deben estar libres de obstáculos visuales, como vehículos
aparcados, letreros, infraestructuras de tráfico o mobiliario urbano, ya que suponen un gran riesgo de accidentes.
Los caminos escolares, así como
las áreas cercanas a colegios,
guarderías y parques infantiles,
deben contar siempre con límites de velocidad de 30 km/h para
una mayor seguridad.
Los niños deben aprender a comportarse correctamente en los autobuses y en las paradas de autobús.
El buen mantenimiento y el cuidado de los carriles bici son esenciales para la circulación segura de
las bicicletas.
La educación vial, desde la primera infancia hasta la adolescencia,
es imprescindible para que los niños y los adolescentes participen
de forma segura en el tráfico rodado.
Todos los adultos deben ser conscientes de su papel modélico para
los niños. Tanto si hay niños a la
vista o a bordo como si no: en el
tráfico rodado, debemos comportarnos de tal modo que los niños
puedan adaptar su comportamiento sin verse involucrados en situaciones peligrosas. Vía Faconauto
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